jueves, 24 de abril de 2008

Crónicas de un nutricionista Vol. I

Empieza el miércoles, madrugón, aseo y un potente desayuno. El día comienza como otro cualquiera, hace buen tiempo, manga corta y sudadera, más ropa está de sobra. Salgo a la calle, lo único bueno de madrugar es la brisa mañanera, me encanta esa sensación de empezar un día nuevo, para mí supone un momento de profunda tranquilidad y serenidad, posiblemente el único del día.

Hoy toca el IES Hurtado de Mendoza, más conocido como "Hostelería", voy a pie, hay que dar ejemplo. Este tiempo es perffecto para caminar no hay excusa. El Instituto está aproximadamente a 20 minutos de mi casa. Mi inseparable Mp3 y andando.
Llego a mi destino. Sorpresa, atención al cartel que puedo leer: AVISO IMPORTANTE, EL COLEGIO (...) SE HA DESPLAZADO A OGÍJARES (un pueblo de Granada). La mañana no empieza como estaba planeada, por casualidad miro mi móvil y diez llamadas perdidas (sinceramente no sé para que llevo móvil). Me informan que la orientadora del colegio Hurtado de Mnedona cominucó a las 8 de la misma mañana el cambio de lugar de las instalaciones. En fin, un pequeño detalle que puede pasarle a cualquiera, el hecho de comunicar a última hora el cambio ha un pueblo carece de importancia (madre mía...).

LLegamos al instituo media hora tarde como era de esperar y gracias que hemos llegado. El lugar provisional es bastante grande, aunque bastante viejo, para el curso que viene tendrán sus instalacione snuevas donde siempre. La clase que nos asignan es la típica de techos altísimos. A pesar de hacer un calor considerable dentro de la casa hace frío. Hasta las 14:30 tenemos que estar allí...

En esta clase se dan dos factores que personalmente no me gustan a la hora de dar un taller, es una clase muy grande y son muy pocos alumnos, por lo que se encuentran bastante desperdigados. A todo esto le sumas que es la clase de informática y cada uno tiene un ordenador. Dos grupo asistieron, el primero de ellos un Bachillerato y después un módulo de Informática. Para ser sincero, se portaron ambos grupos muy bien, participaron, preguntaron y se interesaron por el tema que se trató. No tengo ninguna queja en cuanto al comportamiento de los chavales. Estuve muy agusto dando ambos talleres. Nada que objetar a los alumnos.

Mención especial al bocadillo de lomo que nos comimos a la hora del recreo, muy bueno. Tratándose de la escuela de Hostelería no podría ser de otra forma. Mi equipo y yo nos quedamos con las ganas de volver.

Las preguntas que los chavales hicieron las publicaré poco a poco con su correspondiente respuesta.

Un saludo!

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